Por Una Buena Brujer 

-Pero, ¡qué fue lo que pasó!, ¿por qué terminaron?… te preguntarán mientras se rasgan las vestiduras tus tías, la abuela, los amigos, tus papás, los ex cuñados, tu hermano castroso, los que fueron tus suegros… y el perico de la vecina.

…Y aquí vas con el speech por enésima vez: “Ay, abuela… pues ya no nos llevábamos muy bien”, “pues fue de mutuo acuerdo, cuñado…” (Aunque no fuera enteramente la verdad), y vas arrastrándote por la vida dando cien explicaciones a trescientas personas durante semanas. Basta.

Suficiente tienes con el duelo de una relación -así la hayas finalizado tú o tu pareja-, como para poner sonrisa no. 27 al exsuegro, fingir que todo está bien y que la vida sigue sin mayor complicación.

Peor aún, quieres cambiar la conversación pero la tía Gumersinda, lenguaraz y con ojos abiertos como plato, insiste y hasta te regala una letanía de flojera con un abrazo que sabe más a compasión que a consuelo. ¡Ay, par favaaar!

Es por ello que, después de ver a vari@s de mis amig@s lidiar con todas esas incómodas escenas de misericordia (además de su propio malestar), ideé un tríptico informativo, sí; así como me estás leyendo (me froto las manos y hasta me emociono).

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En una hojita, dividida en tres columnas, te evitarás explicar lo mismo a tus seres queridos acerca del truene de tu relación.

1er. columna. Breve descripción:

Redacta una breve explicación de cómo terminó tu relación, -superficial y sin tirarte el drama, por favor-, así no estimularás la natural curiosidad y malaondez de la prima que te odia.

2da. columna. Preguntas frecuentes:

Date vuelo con las preguntas que estás segurísimo que tu familia te hará como pliego petitorio. Aquí unos ejemplos:

A.- ¿Piensan volver?

(Puedes responder sí o no, todo depende si esto hará que no pregunten más)

B.- ¿Quién le puso el cuerno a quién?

(Tú siempre contesta que nadie, no querrás ser el malo o el cornudo toda la vida)

C.- ¿Quién mandó a la goma a quién?

(Siempremente de los siempres, di que fue de mutuo acuerdo, aunque tampoco sea verdad)

Este manualito te salvará de preguntas imprudentes o miradas indiscretas. Aceptémoslo: cuando una relación se termina nuestro corazón no está bien de la cabeza y tendemos a exagerar reacciones que después la gente cercana tomará muy mal. O serás un desgraciado infiel, o un mártir cornudo y abandonado.

Todo lo que digas, será usado en tu contra.

Ni se te ocurra soltar la lagrimita traicionera, mejor, date una vuelta a la papelería a sacar unas copias de tu manual informativo y envíalo a tus cercanos y ¡tarán!, listo todo ese asunto de participar y explicar lo inexplicable -por ahora- para ti, y ni hablemos de contarle al suegro que tu exchica era de caderas… sueltas, digamos; o a tu mamá (que te cree un santo) que te pasaste de rosca y eres tú el malo porque le pusiste el cuerno con su prima.

Peor idea, contarle a tu amiga venenosa que tu relación era autopista de una sola vía y no era a tu favor. No se te ocurra.

3er. columna. Datos de contacto:

Incluye tus datos con algún errorcito exprofeso en tu número de WhatsApp o un punto demás en tu e-mail, para preguntas no contestadas en la columna dos.

Yaaa, pues, es broma…

Sabemos que no podrás librarte de una ola de cuestionamientos ni cuchicheos entre tías en la próxima reunión familiar sin ya-sabemos-quien. Sí, sin embargo esos agónicos días pasarán y estarás mejor. Mucho mejor. Sí, l@ quisiste un 11 en una escala del 1 al 10; pero a partir de un duelo sano e inteligente, quiérete un 20.

Haz de tus cicatrices sabiduría, para que la próxima persona en tu vida, sea un amor longevo y nutritivo, nunca más una relación basada en disculpas y promesas sin cumplir. Touché.

Y hoy, ponle dos helados con chocolate al lunes gris para convertirlo en sábado.

Y si te rompieron el corazón, espero que también la ignorancia y la conviertas en sabiduría; recuerda que si no haces nada al respecto, pierdes la oportunidad de quejarte.

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Sí, rómpete, despresurízate, pero sólo con aquellos que sabrán escuchar y no utilizarán tus vulnerabilidades en tu contra. No lo olvides, porque si adoptas un papel de masoquista y víctima, despertarás al sádico en los demás. No. Pierde con clase y dignidad.
Y si estás del lado contrario, (el malo de la película), guarda ante los demás una buena imagen de aquel o aquella que te quiso bien. Se lo debes.

Ahora, yergue la espalda y mira al frente sin autocompasión, trátate bien y pule tus filtros para que seas una mejor versión de ti y atraigas a alguien de 10.

No te conformes con un panzazo de 6.5.

Ya dijimos.

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