Valerie Hernández 

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By Samara Saavedra

Vivimos en una era de doble moral; donde por un lado queremos inclusión y representación en todas las industrias. Queremos vernos y sentirnos identificados con cada personaje que vemos y artículo que compramos.

Celebramos la belleza en todas sus formas y tamaños, pero también nos burlamos cuando estos personajes que tanto amamos se descuidan y ya no lucen tan “perfectos” como antes. Los obligamos a seguir un estándar imposible y cada vez les subimos más y más la vara: “porque en esta época no hay motivo para lucir mal”; y aun así nos sorprende que pierdan la razón o reaccionen de mala manera.

Sin embargo, la delgadez nunca fue elogiada en el pasado. Desde la arqueología, hasta el arte, pasando por la moda, esta es la historia de cómo las mujeres con curvas siempre fueron amadas y lo más “normal” del mundo.

Arqueología

Desde las primeras excavaciones en 1908, alrededor del mundo se han encontrado figuras de barro o algún otro material (que datan de 28,000 AC y 25,000 AC) mostrando que en la prehistoria humana, las mujeres con curvas eran lo suficientemente apreciadas como para ser inmortalizadas como arte.

Algunas civilizaciones como los antiguos griegos adoraban a Hera, la diosa de las mujeres, el matrimonio y el parto, que a menudo era representada con caderas prominentes. Mientras que los romanos adoraban a Juno, de caderas anchas y siempre armada para la batalla.

Arte

Los antiguos griegos también amaban a Afrodita, la diosa del amor, cuya representación más famosa es la Venus de Milo, esta mujer con “pancita” y caderas que vive en el Museo del Louvre en París. Otra representación de Venus es la famosa pintura de Botticelli en la década de 1480, que nos muestra que las mujeres de cabello largo, rubio y vientre abultado, eran sinónimo de belleza.

Unos siglos más tarde, en 1814 el artista francés Jean Auguste Dominique Ingres pintó su curvilínea La Grande Odalisca, una celebración no solo de la nueva obsesión de Europa, sino de las proporciones perfectas de una mujer.

 

Europa y Coco Chanel

Mientras las mujeres europeas se ceñían a un apretado corsé para reducir el tamaño de sus cinturas, en 1920 llega Coco Chanel a cambiarlo todo: vestidos con la cintura caída, rectos y sueltos, que escondían por completo el cuerpo y las curvas de la mujer.

 

La época dorada de Hollywood

Sin embargo, no todo estaba perdido. En 1930 llegaron las actrices Jean Harlow (talla 10) y Mae West (talla 14) a redefinir lo que era sexy y a regresar las curvas a la pantalla y al público: al aparecer con vestidos ceñidos al cuerpos y trajes de baños, fueron consideradas como símbolos sexuales de la época y el nuevo estándar de belleza al que muchas mujeres aspiraban.

Posteriormente llegó Marilyn Monroe, con su maravillosa talla 10 y esa fabulosa sonrisa, conquistó a todos en los años cincuenta. En la época post-guerra, redefinió la moda: faldas de tubo o amplias, con la cintura ceñida, se mostraban los hombros y un poco de escote, la nueva diosa de la belleza y la feminidad había nacido; así como la figura de la mujer perfecta: en forma de reloj de arena.

 

1960 la era donde todo cambió

1960 marcó el fin de la celebración a las mujeres con curvas. Con la llegada de modelos delgadas y con figuras masculinas como Twiggy y Jean Shrimpton. Incluso Playboy en sus portadas de los años sesenta optó por mostrar mujeres más delgadas y ya no curvilíneas. No es coincidencia que la famosa marca de productos para bajar de peso Weight Watchers se fundó en 1963.

 

Los 90 y Kate Moss

Durante los 80s con el surgimiento de las (súper) supermodelos algunas mujeres se sentían representadas por Cindy Crawford, Brooke Shields, Iman, Elle Macpherson y Christie Brinkley (solo por mencionar algunas); pero al llegar a los noventas todo cambió. De la escena inglesa surgió Kate Moss con su extremada delgadez y el resto es historia. Todas las mujeres (famosas y no famosas) querían lucir como ella, no es ninguna sorpresa que en los 90s aumentaron los desórdenes alimenticios, las adicciones y las cirugías plásticas. Desde el primer show de Victoria Secret’s en 1996, se impusieron estándares de belleza imposible de lograr para todas las mujeres del mundo.

 

El nuevo milenio

Afortunadamente llegamos a la época de Emme (considerada una de las mujeres más hermosas del mundo de acuerdo a People) y Ashley Graham, la primera modelo plus-size en aparecer en una portada de traje de baño de Sports Illustrated; y ahora figura del movimiento body positive. Incluso la prestigiosa agencia Ford Models, creó su división Ford+ representando a mujeres como Crystal Reen (con 7 portadas Vogue y 2 pasarelas Chanel) y finalmente llegó Rihanna con Fenty para demostrarnos que sexys y hermosas somos todas las mujeres. Desde modelos embarazadas, maniquís con pecho y caderas anchas, pero además con una cintura realista y una pequeña barriga, hasta modelos con cicatrices y acné que no están retocadas para anunciar sus cosméticos. Todo esto nos ha llevado a expresar nuestra gratitud por vernos identificadas una vez más en esta industria.

 

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