Texto por: Julenne Esquinca Tapia
Hoy celebramos el Día Internacional de la Madre Tierra, esta fecha fue propuesta inicialmente por el activista Gaylord Nelson en la década de los 70 y fue adoptada hasta llegar a ser una fecha oficial en el calendario ecológico.
Pero ¿qué relación existe entre la tierra y la psique humana? La madre tierra es una figura recurrente en el imaginario de muchas culturas, como lo fue en la griega con Gaia o Gea o con los antiguos Incas con la Pachamama. La figura de la diosa primigenia, de las “Venus” Paleolíticas, procede de esta idea de la madre que todo nos provee, la tierra.
Autor: Alberto Javier Luis
El humano sabe que la primera fuerza en nuestro universo es la naturaleza y que esta fuerza podía ser tanto generosa como terrible. De aquí la figura de las diosas temibles y pacíficas.
No es hasta la domesticación de los animales y la sedentarización, que el humano empezó a percibir a la tierra (junto con sus representaciones) como un “algo” que se podía transformar y poseer.
Es aquí donde el ser humano cambia su relación de respeto hacia la madre tierra, a una relación de tensión y por lo tanto lucha por el dominio de la misma. En este punto la figura de la diosa se transforma en los relatos populares.
Se dice que en culturas milenarias como la India, las diosas voluptuosas e irrefrenables fueron transformándose en mujeres sumisas y “domesticadas”.
En el caso del hinduismo la diosa de la tierra es conocida como Bhumi Devi, quien es consorte de una de las encarnaciones del dios Vishnu. Bhumi es una mujer apacible que sostiene un loto y un jarrón que contiene néctares medicinales. La acompaña un búho quien es su constante compañía. Esta figura nos recuerda también a la diosa sumérica Ishtar aunque esta no era considerada diosa de la tierra sino su hermana Ereškigal.
De Gunawan Kartapranata – Trabajo propio, CC BY-SA 3.0
Bhumi Devies la diosa de la fertilidad, la abundancia y la que sostiene la creación humana. En la mitología pre-védica es conocida como Pṛthvī la diosa primigenia de la tierra que era esposa de Dyaus Pita o el padre cielo (Dyaus significa padre y de aquí viene la etimología de Deus y por su lado Dios). Pṛthvī presencia el asesinato de Dyaus por parte de su hijo Indra y decide casarse con él. Posteriormente en el hinduismo la figura de Indra se vería reemplazada por Vishnu el dios que cuida la creación y Pṛthvī transformada en Bhumi Devi.
El mito de Pṛthvī nos recuerda al mito griego de Gea (Gaia) y Urano (el cielo) quien es castrado por Cronos y de Rea quien es liberada de Cronos por Zeus. Como podemos ver, los mitos en las culturas antiguas se corresponden a sí mismos.
Gea, por Anselm Feuerbach (1875). Fresco del techo de la Academia de Bellas Artes de Viena.
En el caso de las culturas americanas, la Pachamama es venerada por las culturas andinas como la madre que provee y protege; a ella se le hacen ofrendas ya que de lo contrario esta puede corresponder con escasez, sequías y enfermedades. Pachamama es junto con el dios creador Viracocha una de las deidades más importantes de esta cultura.
En nuestro país no nos quedamos atrás y en el imaginario mexica tenemos a las diosas primordiales Tonantzin y Omecíhuatl quienes representan a su vez a todas las diosas, entre ellas a la madre tierra.
Tonantzin Fotografía del Museo de antropología
En el Budismo, la leyenda de la Diosa Tierra es importante, en especial en el budismo del sur de Asia denominado Theravada. En esta corriente, el Buddha (Siddhartha Gautama) antes de iluminarse tuvo que enfrentar al Mara (su ego, su sombra), quien lo amenazó con tentaciones y visiones terroríficas. Durante el enfrentamiento el Mara busca hacer dudar al Buddha preguntándole que quién era él para sentarse en el trono diamantino de los buddhas (iluminados) a lo que el buddha responde: “la tierra es mi testigo”. En ese momento emerge la Diosa de la Tierra y de sus cabellos surge un torrente de agua que elimina al Mara y a su terrorífico ejército. A esta manifestación de la Madre Tierra es conocida como Phra Mae Thorani.
En las danzas clásicas de la India, la diosa tierra es tan importante que se le realiza un saludo especial llamado Bhumi Pranam. En este saludo pedimos a la madre tierra que nos dé permiso de bailar sobre ella. En general, muchas de las danzas tribales piden permiso tanto a la tierra como a los elementos o dioses de la cosmogonía local para representar sus danzas.
Estas culturas sabían perfectamente que la relación con la naturaleza es tan importante que incluso le ofrendaban sus cuerpos y movimientos. Para ellos nuestros cuerpos están formados de los mismos elementos que les rodeaban, el humano es entonces parte intrínseca de la naturaleza.
Ahora más que nunca es importante tener una relación sana con nuestro hogar que es Gaia.
La Pachamama, nos demuestra una y otra vez que al final es ella quien tiene la última palabra y que si no nos adaptamos a su equilibrio el ser humano corre el gran riesgo de ser solo una especie más, no sin antes arrasar todo a su paso.
Afortunadamente, Gaia es sabia y siempre encuentra la forma de regenerarse así como lo ha hecho en millones de años.
Ella mejor que nadie sabe que nuestros cuerpos “vienen del polvo y al polvo volverán”, es decir, que venimos de su vientre y a su vientre regresamos.
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