Por: Daniel Anaya López

@danielanaya423

¿Será que nuestra actualidad se caracteriza por el desencanto? ¿O es que realmente el desencanto forma parte de la condición humana y nos acompaña sin importar épocas, culturas, condición socioeconómica, género o raza?

Como sea, el desencanto está ahí, mirándonos con sus dientecitos filosos, desde el momento en que somos conscientes. La presión social, el hastío de la cotidianidad, el paso del tiempo y nuestras altísimas expectativas nos dejan un pesimismo denso y asfixiante. ¿Cómo combatirlo? Con una “risa amarga e insatisfecha, pero risa al fin y al cabo” dice el filósofo mexicano Óscar de la Borbolla.

Tuve el gusto de conocer a Óscar de la Borbolla hace unos años, en una conferencia que ofreció en el Claustro de Sor Juana para presentar su libro Filosofía para inconformes (Debolsillo, 2010).

En aquella ocasión nos compartió una reflexión bastante sencilla y optimista para enfrentar el absurdo de la existencia

¿Para qué trabajo?

Para tener dinero.

¿Para qué quiero dinero?

Para comer.

¿Para qué quiero comer?

¡Porque es riquísimo!

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Así pues, una forma de enfrentar el hastío de ser-humano, es el placer básico de lo que nos hace, al mismo tiempo, animales.

            A pesar de su misantropía y su humor negro, Óscar de la Borbolla ha logrado encontrar una rendija en la oscuridad para seguir funcionando. La clave está en la risa:

“La risa es la única respuesta congruente con la gran incongruencia que es la vida consciente”.

            En su libro Filosofía para inconformes, Óscar sumerge nuestra cabeza en la cubeta llena de la podredumbre humana, para darnos cuenta que nosotros también formamos parte de esa podredumbre, y que en caso de que queramos cambiar las cosas, tenemos que cuestionar, indignarnos, usar el intelecto del que nos jactamos para distinguirnos del resto de humanos corruptos, asesinos, consumistas, xenófobos, racistas, clasistas…

            El libro reúne ensayo, fábula, aforismo, diatriba y manifiesto que lejos de exponer una tesis filosófica con todo el rigor académico, nos invita a tomar asiento, repudiar la monstruosa y repugnante condición humana, incluido uno mismo, por supuesto, y luego deshacernos de todo ese malestar con una risotada neurótica.

            Eso sí, al terminar la lectura queda un regusto desolador. Después de la risa amarga, viene un suspiro de insatisfacción y uno se para de la silla para continuar su existencia insufrible, pero ahora con la ironía al hombro, para utilizarla contra el primer homo sapiens que se nos atraviese.

Una vez que experimentamos la profunda repulsión a nuestra especie y a nosotros mismos, ¿qué? ¿Cómo diablos podemos seguir viviendo?

Trivializando nuestra condición. Somos nada. Nada importa. Nuestra existencia y nuestro paso por este mundo es insignificante. Así que qué más da. Vamos a divertirnos. Vamos a mofarnos de la grandilocuencia que tanto presumimos. Vamos a soltar una carcajada histérica que apague las demás voces. Vamos a disfrutar de nuestros instintos más primitivos y vamos a utilizar nuestro razonamiento para liberar nuestras pasiones.

De cualquier forma, estamos condenados a ser libres. Somos acosados por nuestro razonamiento cada día, a cada instante. Somos criaturas mezquinas y temerosas… Vamos, por lo menos, a dar paso al silencio y disfrutemos de aquel instinto que nos devuelve a la naturaleza.

            En este magnífico libro, Óscar de la Borbolla reúne elocuencia, sinceridad y una profunda misantropía que no corresponde al arrebato pasajero de cualquier adolescente, sino al desencanto de un hombre que es consciente de su nimia condición y que, de haber sabido con quiénes cohabitaría este mundo, mejor no nace.

“El abismo que los antófobos quisiéramos cavar no es tan sólo la fosa para que quepan nuestros padres, es el barranco para lanzar a Dios con todos los dioses y todos los mundos. Es el abismo cavado por la risa, la risa fácil de todos los días, la risa que está al alcance de cualquiera, pero, principalmente, la risa de quien tiene el valor de reír a solas”.

Filosofía para inconformes

Óscar de la Borbolla

México: Debolsillo, 2010

ar de la Borbolla

México: Debolsillo, 2010

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