Pocos son los artistas que permiten al público contemplar su proceso creativo. Y aún menos son aquellos que se atreven a fundir su genio con el de otros artistas para lograr un instante orgánico de improvisación, como si se tratara de un ritual para entrar en contacto con la fuerza que insufla en nosotros razón o locura…
Santiago Caruso (Argentina, 1982) es uno de esos creadores. Su magnífica imaginación y técnica para crear escenarios más allá de los límites naturales lo han hecho acreedor a ilustrar magníficas obras literarias como La condesa sangrienta, de Alejandra Pizarnik; Los cantos de Maldoror, del Conde de Lautréamont o El horror de Dunwich, de H.P. Lovecraft, entre otras; además de haber ilustrado libros para importantes editoriales como Valdemar, Libros del Zorro Rojo, Siruela o Planeta.
Durante su reciente visita a México con motivo de la presentación de su libro Materia Oscura en la FILIJ 2017, abrió un espacio en su agenda para la ya tradicional reunión con sus admiradores en el legendario Scary Witches, una cafetería gótica en la Zona Rosa, en la CDMX, para pintar un cuadro en vivo.
En esta ocasión estuvo acompañado por el poeta Enrique Urbina, quien leyó fragmentos de Las flores del mal, el Popol Vuh, Los cantos de Maldoror, así como textos propios y del mismo Santiago Caruso. También lo acompañó el guitarrista Joaquín Benegas, quien ambientó la sesión con oscuras melodías distorsionadas sin las cuales la sesión no hubiera logrado el misticismo y la naturalidad que la caracterizó.
Conforme el cuadro fue tomando forma, hubo deleitables momentos de tensión en los que la voz de Urbina, las notas de Benegas y los personajes de Caruso que poco a poco emergen de las sombras en el cuadro, dejaron a los asistentes en absoluto silencio, sin mover un solo músculo.
En un lapso de aproximadamente dos horas, Santiago Caruso terminó su obra; una especie de mazmorra en la que un personaje simiesco admira a una divinidad con cuerpo de niño en la esquina superior derecha. Abajo, se encuentra una figura antropomorfa femenina aparentemente embarazada y, en la esquina contraria, un cuervo. Se trata de una obra al más puro estilo de Santiago. Poco a poco, la expectativa mutó a un extraño sentimiento de orgullo y euforia por presenciar el nacimiento de un nuevo cuadro que, con toda seguridad, perdurará para la eternidad.
Entre los comentarios que Santiago compartió con sus admiradores, confirmó que aquel acto se trataba de una improvisación genuina de la que no había premeditado ningún personaje, escenario ni composición. Simplemente se había abandonado a la creación y había abierto sus sentidos al flujo de ideas que inspiraba el ambiente de la noche, la atmósfera del lugar, el público, los artistas invitados y, por supuesto, su propio estado de ánimo.
La noche es la única dueña de cada suspiro que tanto creador como espectador dedican a una pintura, a una escultura, a una canción, a un texto. El camino apenas se abre para este gran artista y a nosotros no nos queda más que deleitarnos con su magnífica obra.
Para saber más de Santiago Caruso, visita su página: http://santiagocaruso.com.ar/
Facebook: https://www.facebook.com/SantiagoCarusoArtist/
Cafetería bar El Scary Witches: https://www.facebook.com/elscarywitches/
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