Diciembre, 2021.
Por: Una Buena Brujer
Posiblemente ya ni lo notes, pero hay algo que siempre te ha hecho sentir incómoda: brillar genuinamente delante de otras mujeres
O tienes el potencial de ser una arpía resentida y seas tú quien acose a otras de tu género… mmm. Te invito a tener listos papel y pluma para hacer este test, y descubras si eres víctima de una bitch
1.- ¿Has sufrido persecución constante de una mujer en tu trabajo, que suele tener una sonrisita falsa todo el tiempo?
2.- ¿Sientes el claro y recurrente hostigamiento, disfrazado de “críticas constructivas” por amigas (ay, ajá), jefas, compañeras de trabajo o en cualquier relación?
3. ¿Te detienes y controlas para compartir de corazón algo bueno que te pasó, frente a otras mujeres?
4. ¿Hacen de tus mínimos errores y faltas sin importancia algo terrible, imperdonable y una vía para justificar su persecución y juicio?
5. ¿Has recibido felicitaciones o buenos comentarios de tu trabajo, apariencia o tu carácter espontáneo y ligero, frente a otras mujeres?
6. ¿Sientes que ya no puedes trabajar, platicar o actuar inspirada y concentrada como lo hacías antes, y en lugar de ello te has convertido en una persona hipervigilante y con un síndrome de culpabilidad constante?
7. ¿Tu sueño no es reparador, te sientes agotada sin motivo aparente y comienzas a tener un sinfín de enfermedades, pensando en la oficina?
Si has contestado positivamente al menos dos de estas preguntas, es muy probable que seas víctima favorita de alguna mujer que se siente perdida, no merecedora y se habla pestes de sí misma. En privado, claro.
No pareciera, ¿verdad?, porque se envuelven en una imagen de perfección, alta autoestima, arrogancia y seguridad, que solo otra mujer que sí las tiene puede “amenazar” su frágil antifaz.
Estas mujeres, según los expertos en patologías mentales, tuvieron una infancia con padres abandónicos, emocionalmente inaccesibles o madres sobre exigentes y que las compararon cruelmente con sus hermanas, primas o amigas, llegando al punto de ser vistas y valiosas solo a través de lo que hacían, lograban o se sacrificaban.
De esta forma, son ferozmente competitivas (aun si nadie quiere competir o compararse con ellas), están llenas de una corrosiva envidia, se ven seriamente amenazadas cuando otra mujer es vista, reconocida y amada… ¡Ay de aquella pobre mujer que trabaje, conviva o sea familiar de estas mujeres terriblemente inseguras y tóxicas!, especialmente si hay hombres o figuras de autoridad de por medio, que reconozcan las virtudes de estas mujeres inocentes.
Estas tristes mujeres, sufren. Y nada llena el vacío que dejó el aún puesto vacante de una figura segura de apego cuando niñas o adolescentes, y tan cierto es porque NO QUIEREN TENER LO QUE TÚ TIENES, DESEAN CON FERVOR QUE TÚ NO LO TENGAS… patético, pero real y ciertamente desolador.
Pueden decir misa, sin embargo hay algo que habla con una contundencia difícil de malinterpretar: cómo ellas hacen sentir a los demás.
Dice atinadamente el conferencista Mario Borghino, “Quien encuentra el amor en sí mismo, no se siente destrozado por la felicidad de otros o por el fracaso, ni es arrogante con el triunfo”.
Lo verdaderamente importante y salvador será que tú, detectes a tiempo a este tipo de mujeres y a su personalidad errática que te regala una sonrisa fingida a la vez que te invita de la manzana con micro dosis de veneno diarios.
Par favaaar, no te conviertas en una víctima lánguida y atada de manos. No. Teniendo conciencia de ser la destinataria no merecedora de sus frustraciones, tienes la rotunda responsabilidad de salvarte y “vacunarte” de su tóxica inmundicia y buscar en otra comunidad de mujeres el cobijo y seguridad que tú mereces.
No intentes ser su amiga, no quieras convencerla de tu inofensión, no la incluyas en tu círculo de amistades, pues lo único que harás es salir más arañada, tratando en vano, de abrazar a un cactus. Sí, querida, hay personas cactus y tú no eres quien merece más espinas en tus brazos. ¿Quedamos?
Eres tremenda mujer como para rogarle cariño fraterno, a otra que está eternamente peleada con la vida.
Así que, sigue adelante, no te enganches con sus miserias, sigue siendo la contribución que tu esencia es para los que sí saben recibirte, déjate encontrar por esa tribu que yo llamo, mujeres dragón, que te sostendrán y abrazarán en su sano amor fraterno.
Tip de Buena Brujer: presta interés a quien se pone feliz con cuando tú lo estás, pero presta total atención a quien no, y sácalo de tu vida inmediatamente.
Sigue tarareando tu canción favorita, emociónate con las lunas gigantes y no te avergüences de tenerte para tomarle fotos en la calle, sigue hablándole con cariño a cada perrito en tu camino, el mundo necesita el regalo que tú eres. No desperdicies tus mejores años tratando de convencer a otras mujeres de ser inofensiva o noble, tu tarea de vida, es conocer lo que te hace conectar con ellas y querer ser su amiga.
“Si has perdido la capacidad de poner límites a quienes te quieren manipular, te has perdido a ti misma”.
-Dr. Iñaki Piñuel-
“Sé una persona noble, pero deja de perder el tiempo tratando de demostrarlo a quienes nunca te creerán”. Proverbio chino.
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