No estoy lista para esta navidad

La navidad es el cuchillo de doble filo más peligroso de las festividades, por una parte todo huele a canela, frutas del bosque y los adornos son un sueño, bueno si te gusta todo eso.

En lo personal el olor dulce me marea y el dios de las papilas gustativas me negó disfrutar el sabor de casi cualquier platillo navideño, podría consolarme en el alcohol pero dentro de una familia abstemia eso no es probable.

Con la pandemia los problemas se multiplican ya que en primer lugar el alarmante color en el semáforo me impide huir a cualquier lugar, ir con amigos o refugiarme en algún bar hasta que pasen los sonidos de cascabeles, el aroma dulzón y la sensación de familia funcional.

Además de ello la pandemia impide que la fiesta de navidad aún en familia sea grande, entonces allí estaremos otra vez, unos frente a otros, sin podernos ocultar en la música estridente, sin poder arrinconarnos o irme a mi habitación mientras nadie ve, no, no será posible, esta noche tendremos que estar.

Tendremos que ser o fingir

Y no se confundan no digo que no ame a mi familia, pero eso no significa que quiera estar con ellos, mucho menos en un año donde la mitad de la vida como la conocía explotó en mil pedazos.

No me siento lista para las preguntas de amor, para escuchar las fechas de las bodas que no fueron y los destinos de luna miel que nunca serán.

De cómo se puede o no estar secando mi matriz o de si el aborto debería o no ser legal, porque claro hablar de las “Feministas” y como se “Ridiculizan” a sí mismas ya es tema recurrente.

No estoy lista para explicar mi situación económica o para contar qué espero de la vida, o cómo me veo en 5 años.

No estoy lista para esta navidad, para decir que estoy feliz y desear amor cuando lo único que quiero es gritar.

Quisiera poder abrir una botella de mi vino favorito y bailar bajo la noche en la oscuridad de una calle de la Ciudad de México, de la colonia Centro preferentemente, y no como escape, sino porque es la vida que amo vivir

Quiero estar con los extraños de las sombras, que me cuenten de sus 5 divorcios y sus viajes a ningún lugar.

Tal vez así podría tener una feliz navidad, tal vez necesito que sólo se trate de mí.

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