Por: Daniel Anaya (@danielanaya423)
Fabien Toulmé (En Instagram: @fabientoulme) estudió Ingeniería civil y urbanismo. Trabajó como profesor, consultor de ventas, ingeniero y director de obras antes de dedicarse a su verdadera pasión: dibujar cómics.
Vivió unos años en Sudamérica, en donde se casó con Patricia, una agradable y amorosa chica brasileña, con quien tuvo a su primera hija: Louise. Poco antes de regresar a Francia, su país natal, Fabien y Patricia ya estaban esperando a su segunda hija. Pero en lugar de la alegría de volver a ser padre y del entusiasmo de acompañar en el proceso a su esposa, Fabien siente un temor desmedido, una desconfianza obsesiva de que su pequeña nazca con una enfermedad, con una malformación o una discapacidad.
Así comienza No eres quien yo esperaba, la primera novela gráfica del propio Fabien Toulmé, quien abre su corazón y expone con absoluta sinceridad su inicial intolerancia a las personas con capacidades diferentes, especialmente aquellos con síndrome de Down.
Al llegar a Francia, él y su esposa visitan a distintos médicos para continuar los estudios concernientes al embarazo; no obstante, algunas circunstancias de la vida que no estaban en sus manos, como el hecho de que ciertas pruebas para detectar trastornos en el feto no se realicen en Brasil o que, ya estando en Francia, uno de los médicos no supiera utilizar adecuadamente su equipo de trabajo, impidieron el diagnóstico oportuno de la bebé.
El temor más grande de Fabien se materializó: Julia había nacido con síndrome de Down, también conocido como trisomía 21, llamado así porque de los 23 pares de cromosomas en los que está repartida nuestra herencia genética, las personas con esta condición tienen un cromosoma extra en el par 21, lo cual implica tener un perfil facial plano, disminución del tono muscular, cierto retraso en la marcha y el lenguaje y, generalmente, una discapacidad intelectual.
Al enterarse de que Julia había nacido con síndrome de Down, Fabien entra en una profunda depresión. Teme envejecer cuidando a su hija sin que ella logre hacer algo por sí misma, le angustia pensar en lo que dirán los demás, en que los menosprecien, que les hablen con lástima, que se burlen de ella y hagan comentarios despectivos como los que él mismo alguna vez hizo hacia otros chicos con síndrome de Down.
La historia transcurre con absoluto realismo y es contada desde la perspectiva de Fabien, quien al mismo tiempo es autor, narrador y personaje principal de la historia. Él, a comparación de su esposa, se nota desapegado, indiferente y hasta insensible en cuanto al embarazo de Patricia, así como en cuanto a ponerse en los zapatos de una persona con capacidades diferentes.
Veía con pesar el hecho de tener una hija con síndrome de Down, en lugar de tener una actitud positiva y reconocer la gran oportunidad de querer y proteger a una niña que podía dar amor incondicional. No obstante, quien le dio una enorme lección fue Louise, su primera hija, quien recibió con gran entusiasmo y cariño a su hermanita desde el primer momento en que la vio.
A pesar de la intensidad y dramatismo de la historia, el autor no deja del lado un humor autocrítico con el que nos identificamos y, asimismo, revaloramos nuestros propios prejuicios.
Es la propia convivencia con su pequeña la que hace que Fabien se dé cuenta del hermoso ser humano que es, y de lo equivocado que estuvo al haber hecho caso de los comentarios y prejuicios fundamentados en la desinformación, la ignorancia y el rechazo.
Al asistir a terapias y consultas con especialistas, se da cuenta de que no todas las personas con síndrome de Down son iguales. Ellos pueden llegar a tener un empleo y ser autónomos, pero su desarrollo depende mucho de su entorno, de su educación y del cuidado que le brinden sus padres.
El objetivo de esta novela gráfica es invitarnos a combatir nuestros prejuicios y, sobre todo, a dejar de lado nuestro egoísmo para poder ser empáticos con la diversidad de personas que existen a nuestro alrededor. Nos invita a informarnos, a ser respetuosos y a concientizarnos del gran trabajo que hace falta para que, como sociedad y como individuos, nos apoyemos mutuamente.
“Debimos habernos considerado con la suerte de haber sido elegidos por un bebé especial: era una prueba de confianza, la muestra de que sabríamos ocuparnos de ella”.
Puedes encontrar No eres quien yo esperaba, del sello Educar SI, en cualquiera de las librerías de la editorial Buena Prensa, o bien, pedirlo a través de su página web: www.buenaprensa.com
Si tú o algún conocido requieren ayuda en cuanto al tratamiento de una persona con síndrome de Down, pueden acercarse a alguna de las asociaciones especializadas en nuestro país:
- Daunis: http://daunis.mx/
- CONFE: http://confe.org/
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