Texto y fotografía by Amparo Bojórquez
16 de noviembre 2018
“Son 6 pesos. A ti.
Pues si wey…yo no me drogo. Neta, yo no me drogo wey. Hay weyes que sí se drogan y la sacan. Yo no me drogo, y la saco.
Son doce horas a Monterrey. Dieciséis, depende. Vroom vroom, viendo la película. Ahí si puedes voltear a ver la tele. Son horas sin tope, sin que se te atraviese nada. Si ya hiciste la ruta varias veces y la conoces hasta puedes ir sin ver.
A veces te sales al pueblo a chingarte un café o algo, y vámonos. Conoces todo tipo de gente…pero no te quieren. Nadie quiere a los chilangos. Todos los chilangos se roban a sus pollos…a las morrillas. Ya les sacaste una sonrisa y te aparece un wey detrás a chingar.
Pero ahí te la llevas. Lo que sí, es que te vuelves culero wey. Te olvidas de tus hijos, de tu familia… lo más que me tarde fue un mes, nomás una vez. Puedes tener otra casa en los lugares que visitas más. ¿Quién chingados va a ir a Monterrey?.
¡Pásele, hasta el fondo! ….si wey. Yo no me drogo. Vidrios abajo, con el viento frío te quedas despierto en la madrugada. No se te atraviesa ni la puta vida. No hay nadie, sólo la noche y los muertos de la carretera.
Es neta wey, si alguien se te atraviesa llévatelo. Es gente muerta. Piénsale, quien se te va a andar atravesando en la carretera? Pura gente muerta. Les pasas por encima. Los veías de frente, pero cuando ya pasaste y volteas, no hay nadie. Si se te atraviesa un perro o un carro ahí sí, ten cuidado, esos si son reales.
Pero duermes bien. Cierras la puerta, bajas el asiento y a dormir. Más fácil si traes una piel.”
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