Por: Valerie Hernández
El tweed es un tejido de lana cálido y áspero originario de Escocia, considerado el rey del otoño y un clásico de Chanel. Aunque este tejido se asocia más a los países escandinavos y a la alta costura, su origen es muy humilde y artesanal. Pese a ser piezas para clima frío, este mes festejamos el día del tweed, con algo de su historia que pocos conocen, pero que todos disfrutamos durante las pasarelas 2019.
Origen
El tweed o Clò Mor (‘tela grande’) como se llama en gaélico, proviene de un poblado llamado Luskentyre de la isla Harris de donde toma su nombre este tejido de máxima calidad: Harris Tweed. La pieza es hecha a mano, exclusivamente en las islas de las Hébridas Exteriores.
A diferencia de algunas versiones que podemos comprar en tiendas de fast fashion, este tweed en realidad es suave y cálido, ya que proviene de lana 100% británica y tintes naturales cultivados en la isla.
Pese a la paleta otoñal a la que estamos acostumbrados a ver, este tweed está disponible en colores vivos y patrones complejos que varían desde la sarga simple hasta el de espina de pescado (como las chaquetas Chanel).
Por si fuera poco, es la única tela en el mundo con denominación de origen protegida y regida por una ley del Parlamento Británico que garantiza que el Harris Tweed debe ser «tejido a mano por los isleños en sus hogares en las Hébridas Exteriores, y hecho de pura lana virgen teñida e hilada en las Hébridas Exteriores». En la actualidad, hay alrededor de 400 isleños empleados en la industria, de todos los archipiélagos vecinos.
Realeza
Este tejido comenzó a comercializarse fuera de la isla a mediados del siglo XIX, con la expansión de la nobleza británica, ya que ellos gustaban de tener casa de campo y de descanso. Fue Lady Dunmore, cuyo esposo era dueño de la isla Harris, quien lo descubrió en una visita y lo convirtió en el tejido de moda para ropa deportiva y campestre masculina de la época, ya que es muy resistente como abrigo y soporta muy bien la humedad.
Posteriormente, se volvió el material preferido para uniformes de caza de la realeza y de pesca; y para otros deportes como el tenis, el ciclismo y el golf a comienzos del siglo XX.
Mainstream
Aunque el tweed ha mantenido su identidad y estética campestre, comenzó su proceso de “urbanización” gracias a Coco Chanel, quien durante una visita a Escocia en los años 20, se enamoró perdidamente de este tejido y el resto es historia.
En los años 60, los coloridos diseños de «Chelsea Set» se colaron a los calles de Londres y fueron populares entre los jóvenes, cuando se usaron tweeds de todos los colores para las minifaldas de la época. A fines de los 80, la diseñadora británica Vivienne Westwood fue la encargada de redescubrir a Harris Tweed, exhibiendo en la semana de la moda de Londres, chaquetas ajustadas de tweed rojo: una versión de tweed de su firma ‘Mini-Crini’, una mini crinolina. Incluso Sean Connery en James Bond: Goldfinger, lució atuendos de tweed.
A partir de ahí diseñadores como Ralph Lauren, Gucci, Yves Saint Laurent, Alexander McQueen, Erdem, Prada y Manolo Blahnik, han tenido fascinaciones similares con el Harris Tweed a lo largo de los años. Incluso Nike y Converse para una colección en 2003. Por lo que, el Harris Tweed continúa apelando al mundo de la moda en todos los niveles.
Y pese a la naturaleza cíclica de la industria de la moda, el Harris Tweed es, y ha sido durante mucho tiempo un tejido en demanda, que se exporta a todo el mundo, por cálido, resistente, elegante, cómodo y práctico.
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